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CRÉDITO A QUIEN CRÉDITO MERECE: EL ARTE DE LA APERTURA MODERNA

Con la inminente llegada de la última temporada del programa de HBO, Juego de Tronos (GoT), lo primero que muchos fans estarán esperando es la secuencia de apertura del programa. Tal es el poder de la apertura moderna, que independientemente de que te haya picado o no el mosquito de GoT, seguramente sabes que la serie cuenta con una secuencia de apertura que se ha hecho acreedora de un Emmy y de una cantidad casi obsesiva de atención.

Esta apertura muestra el mapa del mundo en una gloriosa secuencia animada, sin embargo, su más interesante atributo es la manera en la cual los lugares emblemáticos se van actualizando de acuerdo a la trama del programa. Este tipo de ingeniosos detalles son cada vez más comunes en secuencias de apertura, ya que las mejores son aquellas que no solo tratan de verse bien, sino que verdaderamente crean el ambiente de lo que estamos a punto de ver.

En años pasados, tanta devoción hacia algo que simplemente sería el subproducto de un drama podría resultar extraño, pero la secuencia de apertura es mucho más que algo meramente necesario como solía serlo: se ha transformado en una forma de arte en sí misma.

Hay algo reconfortante en una gran secuencia de apertura que nos presenta un nuevo programa; hecha correctamente, le estampa un sello de calidad a lo que estamos a punto de ver. “Éste es el tono que queremos proyectar, mira con cuanto cuidado hemos creado estos gráficos,” y “por supuesto que esta serie es costosa” son el tipo de mensajes subliminales que procesamos mientras nos ponemos cómodos esperando que el resto nos impresione.

Montajes de caras famosas se han substituido con cautivadoras imágenes cargadas de la identidad del programa

Secuencias de apertura épicas de este tipo claramente comenzaron en el cine, preo se han vuelto aún más importantes en la pequeña pantalla, donde dramas de alta calidad se han vuelto la norma. En esta “edad de oro” de contenido scripted, nos encontramos con una amplia selección de programas dignos de ser consumidos de jalón. Por lo tanto, hacer que una serie destaque del resto por medio de una impactante primera impresión se ha vuelto imprescindible.

Una buena secuencia de apertura puede hacer que un espectador permanezca sintonizado más tiempo, aún si las primeras escenas no lo entusiasman, porque el tono del programa ya ha sido comunicado. Puede ser una promesa de lo que está por venir y, en algunos casos, una manera de proveer exposición sin ser invasivo a la trama.

La apertura expositiva es una buena manera de introducir nuevos espectadores suavemente y ha estado ganando popularidad de nuevo en años recientes. Funciona particularmente bien para series humorísticas, donde el trasfondo es menos denso que en los dramas, pero aún es central a la trama, y – más que nada – a la risa. Algunos ejemplos notables incluyen el exagerado número musical del programa  “Crazy Ex Girlfriend” de The CW (que se actualiza cada temporada) y el mashup de clips de noticias de la serie de Netflix “Unbreakable Kimmy Schmidt”, con un simpático remix que es una parodia del video viral del 2013 “Ain’t Nobody Got Time for That”.

La secuencia de apertura se ha transformado en una forma de arte en sí misma

Por supuesto que las aperturas para dramas también pueden ser expositivas a pesar de que el incentivo “comienza cuando quieras” no es una necesidad en este caso. Por el contrario, se utiliza en el sentido más tradicional; para enfatizar carácter, como las evocadoras memorias de James Delaney en el programa “Taboo” de la BBC, o escenario, como el cambio de Frank Tagliano de Nueva York a Noruega en el programa “Lilyhammer” de NRK. Cada uno de estos programas cuentan con grandes estrellas como Tom Hardy (The Revenant) y Steven Van Zandt (The Sopranos), pero notarás que mientras aparecen visualmente, las imágenes de los actores en realidad no son el foco de las secuencias de apertura. Mientras los montajes de imágenes de los actores solían ser el estándar, ahora las caras famosas se han substituido con cautivadoras imágenes cargadas de la identidad del programa.

En medio de un maratón de episodio tras episodio de nuestro más reciente programa favorito, el intro nos ofrece el único espacio para respirar entre un dramático final de suspenso y el siguiente emocionante episodio. En el pasado, una semana completa y un ‘previamente en Dallas’ nos hubiera dado la oportunidad para reflexionar acerca de los acontecimientos, mientras ahora tenemos solo dos minutos para recomenzar. En GoT esas sutiles referencias a la trama dentro de la secuencia de apertura nos recuerdan donde estamos mientras nos preparamos para volvernos a sumergir en la historia.

Vale la pena comparar las secuencias modernas con las relativamente menos cautivadoras aperturas que eran comunes en nuestras pantallas hace solo una o dos décadas. En YouTube hay algunas fantásticas paródias de secuencias de apertura que muestran cómo podría haber sido introducido Juego de Tronos si HBO lo hubiera lanzado en los años 90; repleto de temas musicales con sintetizador, ediciones burdas y guiños deliberados a la cámara. Aunque han sido creados como broma, ofrecen tal vez la más clara indicación de lo lejos que ha llegado este medio.

Tono, carácter y escenario: estos elementos, combinados con un diseño estilizado, pueden transportar audiencias a otros mundos. Mientras los residentes de Westeros pueden estarse preparando para su más obscuro invierno, la evolución de esta emocionante forma de arte nos enseña que, al menos para las audiencias de televisión, el futuro de las secuencias de apertura nunca ha sido más brillante.

James Conibear es un investigador de K7 Media. Este artículo apareció por primera vez en TBI Vision.